El turismo sustentable busca reducir el impacto ambiental mientras se beneficia a las comunidades locales. Con más de 1,800 millones de viajeros previstos para 2030 según la ONU, estas prácticas se vuelven esenciales para preservar los destinos naturales. Pequeñas acciones, como eliminar plásticos de un solo uso o consumir productos locales, marcan la diferencia cuando se multiplican por millones de turistas.
Reducir residuos: el primer paso hacia un viaje responsable
Los plásticos de un solo uso representan uno de los mayores problemas ambientales en zonas turísticas. Aunque su uso dura minutos, pueden persistir en el entorno por más de mil años. Alternativas simples incluyen:
- Llevar recipientes reutilizables para alimentos y bebidas
- Usar bolsas de tela en lugar de plástico
- Recoger toda la basura generada, incluyendo colillas de cigarro
Estos hábitos evitan la contaminación de ríos, mares y áreas naturales, donde los desechos afectan a la fauna y flora local.
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Apoyar a las comunidades con el turismo y proteger la vida silvestre
El consumo local fortalece la economía de las poblaciones cercanas a los destinos turísticos. Al comprar alimentos y artesanías a productores regionales, se reduce la huella de carbono por transporte y se fomenta el desarrollo comunitario.
En cuanto a la interacción con la naturaleza, es crucial:
- No alimentar animales silvestres, para evitar cambios en su comportamiento y riesgos de enfermedades
- Rechazar productos derivados de especies en peligro, como souvenirs hechos con coral o pieles
- Mantener distancia respetuosa con la fauna para no alterar su hábitat
Estas medidas contribuyen directamente a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente aquellos relacionados con vida submarina, ecosistemas terrestres y producción responsable.
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