Hay dos tipos de marketeros: los que siguen tendencias… y los que las rompen

Prada nunca quiso gustarte. Quiso hacerte pensar.

Estamos acostumbrados a que las marcas corran detrás del algoritmo, del color del año, de lo que dictan los datos o las Gen Z, pero Prada es diferente, Prada construyó un imperio yendo en contra de todas las reglas. Es el ejemplo perfecto de que en branding, a veces, la mejor estrategia es desafiar el consenso.

La mayoría de las marcas de moda tratan de ser virales, pero Prada se ha hecho poderosa siendo incómoda. Donde otros apuestan por la belleza tradicional, Prada apuesta por lo raro. Donde otros buscan aprobación, Prada busca provocar.

Únete a nuestro canal de WhatsApp

El resultado ha sido una marca valuada en más de 18,000 millones de dólares, presente en todos los moodboards de diseñadores contemporáneos y con una influencia estética que trasciende temporadas. Prada no sigue las reglas del marketing, Prada las reescribe una y otra vez.

Miuccia Prada: la comunista que vendía bolsas de lujo

La historia de Miuccia Prada es una paradoja andante. Exmilitante del Partido Comunista, feminista de los 70, doctora en Ciencias Políticas y, al mismo tiempo, la creadora de uno de los imperios más importantes del lujo. Una mujer que diseñó su primera colección con ropa que parecía “pasada de moda”, y que convirtió esa estética en el codiciado ugly chic.

Y no es que no supiera lo que hacía. Es que justo por eso lo hizo.

“Empecé a diseñar ropa porque no encontraba nada que ponerme”, dijo alguna vez. Traducción: lo que había en las tiendas no me representaba, así que lo inventé.

Ese ha sido el ADN de Prada desde entonces: incómodo, provocador y profundamente intelectual.

¿Bonito? No gracias

Mientras el resto del mundo de la moda buscaba resaltar curvas, brillar en la alfombra roja o definir lo sexy, Prada hacía lo contrario: presentaba faldas deshilachadas, colores bilis, abrigos de nylon militar y siluetas “antiglamour”.

Y lo más interesante es que… funcionaba.

Porque detrás de cada decisión estética había un manifiesto: cuestionar lo que consideramos atractivo, reírse del cliché de la perfección, darle espacio a lo raro, a lo que no encaja. Prada no vende ropa bonita. Prada vende significado.

Marc Jacobs lo dijo mejor: “Con Prada, no se trata de cómo se ve algo, sino de lo que significa”.

Branding en contra de la corriente

En una era en que muchas marcas viven presas de las tendencias, Prada las desafía. Y lo hace con tal claridad de visión que termina marcando el camino que otros siguen.

Add a comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Advertisement